PALABRAS PARA...
De cuando en cuando la miro y…
a pesar de los años transcurridos,
recuerdo el retrato de aquella niña-mujer
cuando empezaba a despertar a la
vida.
Recuerdo su expresión serena, su dulzura y
aquella mirada limpia reflejando tantas ilusiones.
Había
cumplido dieciocho años cuando la conocí.
Llegó a mi vida… como el viento.
Como esa brisa que refresca la mañana.
Fue un día de Abril alegre, luminoso.
Cuando
los trigales apuntando al cielo
coquetean
con las nubes
y el mirlo enamorado le canta a la primavera.
La miro y… todavía recuerdo el sabor
que dejó el
beso primero.
Aquella sonrisa
emocionada y…
su rubor de
enamorada
cuando respondió: ¡Sí, quiero!
Creciendo a mi lado
hemos
recorrido juntos la senda
que nos
señaló el destino.
Atravesamos
tiempos duros, alegrías y desengaños.
Atrás quedó algún reproche que dejó herida.
Palabras que dijimos sin prudencia.
También,
momentos bellos
que nunca conseguirá borrar el tiempo.
¡Cómo han pasado los años!...
Cuando ya
pisamos sobre los últimos recodos del sendero, pregunto: ¿será camino
recorrido,
o solo tiempo que ha huido?
La miro y… solo queda decir
que fue de mis noches… sueño.
Que fue norte, cuando mi rumbo era incierto.
Que es su voz la que mi alma escucha
cuando despierta el sentimiento…
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