lunes, 2 de abril de 2018

Aquellos años 60


Con expresiones muy “marochas”, usadas sobre todo por los que trabajábamos en el campo, he tratado de recomponer de la forma más real posible, el diálogo mantenido entre dos muchachos de Encinasola, a los que llamaremos Antonio y Braulio.
Se encuentran al amanecer de una mañana de invierno. A lomos de sus burros, caminan juntos mientras se dirigen hacia las ocupaciones rutinarias de cada día. 
Su temática, aunque sencilla e intrascendente, deja vislumbrar las ilusiones y desencanto de una juventud sin otro horizonte que el de ver amanecer cada día. Para ellos, este era su mundo. A pesar de todo, parecen felices... Aunque quizá estaría mejor expresado decir, que se conformaban.
       De lo que nadie puede dudar es, del cariño y respeto que aquellos jóvenes sentían por sus familias. Quizá estos sentimientos tan arraigados fuera la base donde se sustentaba esa aparente resignación.
       ¿Habrían escuchado decir alguna vez estos muchachos, que existía algo que se llamaba universidad?

A---Antonio
B---Braulio

A---  ¡Bueno días Braulio!... 
B---  ¡Bueno y frescos, Antonio!
A---  ¿Pa onde vas tan temprano?
 B---  Paí voy aviá unos arbichuches que tenemos pa esa ribera.  ¡Na!... que  esto es un engorro. Los bichos no dejan na más que sofocones y tené que está to el año atencia deellos. Aluego cuando acabe me iré con el viejo al cercao, pero ante me pasaré por la esterquera que tenemos en el Cantón y echaré un par de cargas de estierco. Ya tenemo queí preparando el cacho tierra pa sembrá las papa.
 Mi padre, cuando caliente una miaja la mañana, también se irá pallá a levantá un portillo y tapá una regajá  mu grande que ha jecho el agua. Ya aprovecharemos pa quitarle los cuatro mamone a los olivos. No sé si me dará tiempo de pasá por la fragua de Custodio pa darle un aguzón a los formone.
 Po y tú… ¿pa onde camina?
A--- Po yo voy pa esos Cansalobo acabá como una merga  de barbecho que me quedó ayé en  la suerte que nos ha tocao hogaño.
 ¡Chacho, que día de agua!... Estuvo toa la mañana venteando del charco. Ya por la tarde, se dejó vení una barrumbá tremenda. Parecía que se iba a juntá el cielo con la tierra. No tuve otro remedio que quitarle la ganga a los burro, recogé los cuatro jachiperre y cogé el pendí pa casa. La tierra se puso mu pesá y jecha un barrizá. Hasta me vide negro pa pasá el cacho barranco de la pea de agua que cogió.... Asin que voy pallá. Quiero acabá la miaja rebezo que me quedó.
Aluego, pa no perdé to el día, me enrearé en jaceá una carga de jornija pa llevársela a la vieja. No queda ni un cabaco enel corrá.
--- ¡Chacho!... Yo me voy apeá un rato del burro.  Se me están queando lo pie helao.
B--- ¡Como que emesté ve la pelona que ha caío esta noche!
--- Po como sigan cayendo esta helá tan tremenda, la tierra se apermaza y a la sementera le cuesta asomá... Aunque los viejos dicen: que “año de nieve, año de biene”.
--- ¿ Pa onde anduvite anoche que no te vide ?
A--- Po, cuando llegué de la Contienda, como venía estrozao y jacia tanta rasca, mi vieja le dio una firma al brasero y me dijo que  me arrimara una miaja a la camilla.  ¡Chacho!...  me quedé travelao.  Aunque no me dio tiempo ni de da una pestañá, porque aluego me vino a buscá el Pedro y salí conél un rato que, por cierto, menúa sofoquina tenía.
 Mestuvo contando los líos que se trae con la Francisca...   Ese no sale de un berrenchín cuando agarra otro. Mira que yo estoy jarto de decirle, quesa mujé no le va a traé na bueno... Pero no me jace ni caso. Parece que está apamplao... ¡Echa cuenta!... Hasta le dije que me había enterao, que má de una noche han visto a la Quica en el callejón del molino de Salomé “a brazo partío” con un forastero. Pero na… está ciego con esa zagala.
B--- ¡Po no me extraña!... Esa muchacha, desde nueva ya se veía vení... Como que ha sio siempre el deciero del pueblo. ¿Po tú no ve lo garbosa  que anda y cómo se arrima cuando va a los bailes ?
A--- Po… que tenga cuidao Pedro y se deje ya de arrancá hojas a la margarita. Como se decuide, lo va a enreá alguna pelampa.
B---  A su madre tampoco le gusta ni un pelo. Anda porahí  dándole al pico, diciendo que a su hijo le jacía falta otra mujé que tuviera ma seso y rejundiera ma.
--- Po y tu... ¿No andabas  queriéndole hablá a la Josefa?
A--- Pai ando buscándole las vuelta. Pero la cosa no está mu clara. Su madre sale a caná diciendo por el pueblo que su hija vale más que el oro en paño y que se merece otra cosita mejó.
B--- Po tu... ¡tranquilo… con atranquijo!... Las correntilla no son buena... La Manuela, como siempre, no habla má que chuminá y pamplina. Esa mujé ha sio siempre mu repínfora.
--- Po no te quede achapandao. Tú dile que, “o se jierra o se quita el banco”. Anque no creo que jaga falta. Yo escucho decí, que tú le jaces “tilín” a la Pepa.
Tu sabrá que Rafael, el de la Rosa, también  anduvo alreó della... A finá no llegaron a na.... Ese zagá no es mala persona, pero…me parece a mí quee un poco chinguichanga...
--- ¿Po… a que no sabe a quien vide jace un par de día?
A-     ¿A quién?
B--- A José, el de La Tomasa la de los quesos, que ha venío de Bilbao. Ese muchacho es de los primeros que se fueron del pueblo. ¡No vea lo lutroso que viene!... Me estuvo contando que está mu bien colocao en una fábrica.  Ha venío a da una vuelta y hablá con el Jorabao, pue quiere complarle el cercao de los Lagare. Si no san entendio ya es porque el Joroba le pide muchas  perras.
A--- Po yo me alegro que la cosa le vaya bien. José e un tio apañao... Esa familia eran un montón de hermano y  han pasao mucho paí pa esos Picoroto. Se criaron en una choza que estaba pallí cerca de la raya.
--- ¿Tacuerda tú cuando los lobos le mataron las cuatro ovejillas que tenian?...
 B--- ¡Claro que me cuerdo!... Como que yo creo que eso fue lo que le dio la puntilla.  Poreso se tuvieron que di tan pronto del pueblo.
A---¿ Po tu no sabe  que José,  cuando chico, anduvo a la muerte?
B--- ¿ Po… qué le pasó?
A--- Yo oido decí, que le daban una calentura mu grande. Se quedó como tullío. Fíjate, que ni Don Urbano el médico sabía de qué eran. La gente rumoreaba que le había picao un morgaño o una garrapata.
B--- Po pa que vea... Aluego se engaripoló y ahí lo tiene.
A--- Po nosotros vamos a tené que echá otras cuanta. Ya tenemos  que ir pensando en enalgo, porque esta vida que llevamos  no se puede llevá palante. Uno se jarta de arrancá jara, ¡pa na!...  Elaño pasao, mi padre arrayó una senara paí pa Los Leales y... chacho!... de allí salíamo to los dias guarnio de destravesá jargazo. Aluego, en las joyas y en los cuatro vericuetos donde la tierra era mejó, sembramos unas cuantas fanegas de trigo cabezorro. A la tierra ma endeble le aventamos unas cuartillas de vena y centeno. El caso es, que la sementera estuvo to el año mu buena. Echamos un montón de día quitándole al trigo los metranto, yerba jebrúa y cebollas marrana. ¡Chacho!... yo no he visto nunca tanta cebolla marrana.  ¡A resumía cuenta!… Como en la primavera faltó el agua, no arrebañamos allí má que cuatro espigurrines con los cacabullo vacios. No sacamos ni pa las prevenciones que nos aviaba mi madre. Pa colmo, a mi viejo, como ya está torpón, cuando andábamos segando las cuatro  paja,  pisó una tabarrera y al salí juyendo de la avispas, se cayó y se hizo una chifarrá  en la cabeza. Entre los picotazos que le jarrearon y la sangre, parecía un Cristo. Otro día, a mí se me coló una espagaña en el ojo y también las pasé jodía.
B--- Po a mí, Manué “el Tiznao”, está jarto de decirme que me vaya conél  a por una mochila de café. No he ido entodavía porque, como a mi vieja le da miedo, no he querío darle el sofocón. Ha escuchao, que por ahí por la Contienda de Aroche han matao a un contrabandista.
A--- ¡Po vamos a tené que ir echando otras cuenta!...Yo me enterao que Francisco “el Largo”, Manuel “el de Picamijo” y otros cuantos,  acuden por la noche a casa del Retratista. Ese hombre dicen que enseña mu bien y que no lleva caro. Me parece que dos de ello, ya están aviando los papeles pa irse la Guardia Civi.
B--- ¡Coño!... po ahí podía mete tú la cabeza. A ti, la escritura  nunca tesa dao mal. Con na que te de leciones uno meses, alomejó sales del paso y te mete en la guardia.
A--- Lo que pasa es, que yo... tené que dejá el pueblo me parece un mundo... ¿Dónde va ahí uno si malamente sé firmá y poco má?... Aluego, por otro lao, tengo a mis hermano que son entoavia mu chicos. Mi padre está ya mu quebrantao de trabajá. Asin, que de momento, habrá que aguantarse aquí como sea. Ya ma adelante echaremo otras cuenta.
B--- ¡Bueno hombre!... Po ya se abrirá por ahi  algún “puerto con clarida” pa nosotro.
 ¡Vamo a echá un pitillo!... Toma un ideá desto... Yo, casi siempre lo gasto picao pero, la semana pasá perdí la petaca  y el librito...
 ¡Arrímate pacá y toma candela!... Avé si soy capa de encendé el yesquero, que entoavía anda humedecio de la carzoná  de ayé.
A--- ¡Po vamo a echarlo!... Yo no empecé a gastarlo hasta que vine de la mili. Un día me cogió mi viejo y me dijo que ya podía jumá delante del.
B--- Bueno Antonio...Yo agilo puya arriba por esta trocha que acorto terreno. A ve que me encuentro hoy... Ayé cuando llegué, a somatraspón le vide el jopo a una zorra que andaba pendiente de lo borregos chicos. Y eso que tenga allí un perro tan grande como un burro. Pero el mu cabrón no hace má que lambuceá parriba y pabajo. Parece que está amostrencao. Le pisan la barriga y no se cosca... Aunque a esa bicha le da iguá. Como no andes pendiente, se escoliza por cualquier buraco y te la pega... Uno desto día la voy a esperá en lo alto de una encina con la epingarda y le voy a jarrerá una plomá que  la voy a poné de vuelta y media.
A--- ¡Bueno!...Po ve con Dio Braulio... Avé si aluego a la noche nos vemos pallí por casa El Litri.                                               
                                                               J.M.Santos 

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