Con expresiones muy “marochas”, usadas sobre todo por los que
trabajábamos en el campo, he tratado de
recomponer de la forma más real posible, el diálogo mantenido entre dos
muchachos de Encinasola, a los que llamaremos Antonio y Braulio.
Se encuentran al amanecer de una mañana de invierno. A lomos de sus burros, caminan juntos mientras se dirigen hacia las
ocupaciones rutinarias de cada día.
Su temática, aunque sencilla e intrascendente,
deja vislumbrar las ilusiones y desencanto de una juventud sin
otro horizonte que el de ver amanecer cada día. Para ellos, este era su mundo. A
pesar de todo, parecen felices... Aunque quizá estaría mejor expresado decir,
que se conformaban.
De lo que nadie puede dudar es, del cariño y respeto que
aquellos jóvenes sentían por sus familias. Quizá estos sentimientos tan
arraigados fuera la base donde se sustentaba esa aparente resignación.
¿Habrían escuchado decir
alguna vez estos muchachos, que existía algo que se llamaba universidad?
A---Antonio
B---Braulio
A--- ¡Bueno días Braulio!...
B--- ¡Bueno y
frescos, Antonio!
A--- ¿Pa onde
vas tan temprano?
B--- Paí voy aviá unos arbichuches que tenemos pa
esa ribera. ¡Na!... que esto es un engorro. Los bichos no dejan na más
que sofocones y tené que está to el año atencia deellos. Aluego cuando acabe me
iré con el viejo al cercao, pero ante me pasaré por la esterquera que tenemos
en el Cantón y echaré un par de cargas de estierco. Ya tenemo queí preparando
el cacho tierra pa sembrá las papa.
Mi padre, cuando caliente una miaja la mañana,
también se irá pallá a levantá un portillo y tapá una regajá mu grande que ha jecho el agua. Ya
aprovecharemos pa quitarle los cuatro mamone a los olivos. No sé si me dará
tiempo de pasá por la fragua de Custodio pa darle un aguzón a los formone.
Po y tú… ¿pa
onde camina?
A--- Po yo voy pa esos Cansalobo acabá como una merga de barbecho que me quedó ayé en la suerte que nos ha tocao hogaño.
¡Chacho, que
día de agua!... Estuvo toa la mañana venteando del charco. Ya por la tarde, se
dejó vení una barrumbá tremenda. Parecía que se iba a juntá el cielo con la
tierra. No tuve otro remedio que quitarle la ganga a los burro, recogé los cuatro
jachiperre y cogé el pendí pa casa. La tierra se puso mu pesá y jecha un barrizá.
Hasta me vide negro pa pasá el cacho barranco de la pea de agua que cogió.... Asin
que voy pallá. Quiero acabá la miaja rebezo que me quedó.
Aluego, pa no perdé to el día, me
enrearé en jaceá una carga de jornija pa llevársela a la vieja. No queda ni un
cabaco enel corrá.
--- ¡Chacho!... Yo me voy apeá un rato del
burro. Se me están queando lo pie helao.
B--- ¡Como que emesté ve la pelona que ha caío esta noche!
--- Po como sigan cayendo esta helá tan tremenda, la
tierra se apermaza y a la sementera le cuesta asomá... Aunque los viejos dicen:
que “año de nieve, año de biene”.
--- ¿ Pa onde anduvite anoche que no te vide ?
A--- Po, cuando llegué de la
Contienda, como venía estrozao y jacia tanta rasca, mi vieja le dio una firma
al brasero y me dijo que me arrimara una
miaja a la camilla. ¡Chacho!... me quedé travelao. Aunque no me dio tiempo ni de da una pestañá,
porque aluego me vino a buscá el Pedro y salí conél un rato que, por cierto, menúa sofoquina tenía.
Mestuvo contando los líos que se trae con la Francisca... Ese no sale de un berrenchín cuando agarra otro. Mira que yo estoy jarto de decirle, quesa mujé no le va a traé na bueno... Pero no me jace ni caso. Parece que está apamplao... ¡Echa cuenta!... Hasta le dije que me había enterao, que má de una noche han visto a la Quica en el callejón del molino de Salomé “a brazo partío” con un forastero. Pero na… está ciego con esa zagala.
Mestuvo contando los líos que se trae con la Francisca... Ese no sale de un berrenchín cuando agarra otro. Mira que yo estoy jarto de decirle, quesa mujé no le va a traé na bueno... Pero no me jace ni caso. Parece que está apamplao... ¡Echa cuenta!... Hasta le dije que me había enterao, que má de una noche han visto a la Quica en el callejón del molino de Salomé “a brazo partío” con un forastero. Pero na… está ciego con esa zagala.
B--- ¡Po no me extraña!... Esa
muchacha, desde nueva ya se veía vení... Como que ha sio siempre el deciero del
pueblo. ¿Po tú no ve lo garbosa que anda
y cómo se arrima cuando va a los bailes ?
A--- Po… que tenga cuidao Pedro y
se deje ya de arrancá hojas a la margarita. Como se decuide, lo va a enreá
alguna pelampa.
B--- A su madre tampoco le gusta ni un pelo. Anda
porahí dándole al pico, diciendo que a
su hijo le jacía falta otra mujé que tuviera ma seso y rejundiera ma.
--- Po y
tu... ¿No andabas queriéndole hablá a la
Josefa?
A--- Pai ando buscándole las
vuelta. Pero la cosa no está mu clara. Su madre sale a caná diciendo por el
pueblo que su hija vale más que el oro en paño y que se merece otra cosita mejó.
B--- Po
tu... ¡tranquilo… con atranquijo!... Las correntilla no son buena... La Manuela,
como siempre, no habla má que chuminá y pamplina. Esa mujé ha sio siempre mu
repínfora.
--- Po no te quede achapandao. Tú dile que, “o se jierra o se quita el banco”. Anque
no creo que jaga falta. Yo escucho decí, que tú le jaces “tilín” a la Pepa.
Tu
sabrá que Rafael, el de la Rosa, también
anduvo alreó della... A finá no llegaron a na.... Ese zagá no es mala
persona, pero…me parece a mí quee un poco chinguichanga...
--- ¿Po…
a que no sabe a quien vide jace un par de día?
A- ¿A quién?
B--- A José, el de La Tomasa la
de los quesos, que ha venío de Bilbao. Ese muchacho es de los primeros que se
fueron del pueblo. ¡No vea lo lutroso que viene!... Me estuvo contando que está
mu bien colocao en una fábrica. Ha venío
a da una vuelta y hablá con el Jorabao, pue quiere complarle el cercao de los Lagare.
Si no san entendio ya es porque el Joroba le pide muchas perras.
A--- Po yo me alegro que la cosa le
vaya bien. José e un tio apañao... Esa familia eran un montón de hermano y han pasao mucho paí pa esos Picoroto. Se
criaron en una choza que estaba pallí cerca de la raya.
--- ¿Tacuerda
tú cuando los lobos le mataron las cuatro ovejillas que tenian?...
B--- ¡Claro que me
cuerdo!... Como que yo creo que eso fue lo que le dio la puntilla. Poreso se tuvieron que di tan pronto del
pueblo.
A---¿ Po tu
no sabe que José, cuando chico, anduvo a la muerte?
B--- ¿ Po… qué le pasó?
A--- Yo oido decí, que le daban
una calentura mu grande. Se quedó como tullío. Fíjate, que ni Don Urbano el
médico sabía de qué eran. La gente rumoreaba que le había picao un morgaño o
una garrapata.
B--- Po pa que vea... Aluego se
engaripoló y ahí lo tiene.
A--- Po nosotros vamos a tené que echá otras cuanta. Ya tenemos que
ir pensando en enalgo, porque esta vida que llevamos no se puede llevá palante. Uno se jarta de
arrancá jara, ¡pa na!... Elaño pasao, mi
padre arrayó una senara paí pa Los Leales y... chacho!... de allí salíamo to
los dias guarnio de destravesá jargazo. Aluego, en las joyas y en los cuatro
vericuetos donde la tierra era mejó, sembramos unas cuantas fanegas de trigo
cabezorro. A la tierra ma endeble le aventamos unas cuartillas de vena y
centeno. El caso es, que la sementera estuvo to el año mu buena. Echamos un montón de día quitándole al trigo los metranto, yerba jebrúa y cebollas marrana.
¡Chacho!... yo no he visto nunca tanta cebolla marrana. ¡A resumía cuenta!… Como en la primavera faltó
el agua, no arrebañamos allí má que cuatro espigurrines con los cacabullo
vacios. No sacamos ni pa las prevenciones que nos aviaba mi madre. Pa colmo, a
mi viejo, como ya está torpón, cuando andábamos segando las cuatro paja, pisó una tabarrera y al salí juyendo de la
avispas, se cayó y se hizo una chifarrá
en la cabeza. Entre los picotazos que le jarrearon y la sangre, parecía
un Cristo. Otro día, a mí se me coló una espagaña en el ojo y también las pasé jodía.
B--- Po a mí, Manué “el Tiznao”,
está jarto de decirme que me vaya conél
a por una mochila de café. No he ido entodavía porque, como a mi vieja
le da miedo, no he querío darle el sofocón. Ha escuchao, que por ahí por la
Contienda de Aroche han matao a un contrabandista.
A--- ¡Po vamos a tené que ir
echando otras cuenta!...Yo me enterao que Francisco “el Largo”, Manuel “el de
Picamijo” y otros cuantos, acuden por la
noche a casa del Retratista. Ese hombre dicen que enseña mu bien y que no lleva
caro. Me parece que dos de ello, ya están aviando los papeles pa irse la
Guardia Civi.
B--- ¡Coño!... po ahí podía mete tú
la cabeza. A ti, la escritura nunca tesa
dao mal. Con na que te de leciones uno meses, alomejó sales del paso y te mete
en la guardia.
A--- Lo que pasa es, que yo... tené
que dejá el pueblo me parece un mundo... ¿Dónde va ahí uno si malamente sé
firmá y poco má?... Aluego, por otro lao, tengo a mis hermano que son entoavia
mu chicos. Mi padre está ya mu quebrantao de trabajá. Asin, que de momento,
habrá que aguantarse aquí como sea. Ya ma adelante echaremo otras cuenta.
B--- ¡Bueno
hombre!... Po ya se abrirá por ahi algún
“puerto con clarida” pa nosotro.
¡Vamo a echá un pitillo!... Toma un ideá desto...
Yo, casi siempre lo gasto picao pero, la semana pasá perdí la petaca y el librito...
¡Arrímate pacá y toma candela!... Avé si soy capa
de encendé el yesquero, que entoavía anda humedecio de la carzoná de ayé.
A--- ¡Po vamo a echarlo!... Yo no
empecé a gastarlo hasta que vine de la mili. Un día me cogió mi viejo y me dijo
que ya podía jumá delante del.
B--- Bueno Antonio...Yo agilo puya
arriba por esta trocha que acorto terreno. A ve que me encuentro hoy... Ayé
cuando llegué, a somatraspón le vide el jopo a una zorra que andaba pendiente
de lo borregos chicos. Y eso que tenga allí un perro tan grande como un burro. Pero
el mu cabrón no hace má que lambuceá parriba y pabajo. Parece que está
amostrencao. Le pisan la barriga y no se cosca... Aunque a esa bicha le da iguá.
Como no andes pendiente, se escoliza por cualquier buraco y te la pega... Uno
desto día la voy a esperá en lo alto de una encina con la epingarda y le voy a
jarrerá una plomá que la voy a poné de
vuelta y media.
A--- ¡Bueno!...Po ve con Dio
Braulio... Avé si aluego a la noche nos vemos pallí por casa El Litri.
J.M.Santos
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