martes, 26 de diciembre de 2017

PEÑA NUESTRA.



     



     Mis pasos por el Ensanche me llevan hacia la Peña. ¡Peña nuestra!... recia, altiva, centinela de los tiempos.  Cuando regresa el ausente con penas o desaliento, solo con ver tu silueta llega luz a su semblante. He subido a visitarte y contemplo al atardecer, esa línea ondulada que separa cielo y tierra dibujando el horizonte. Cielo abierto, luminoso, donde se refleja en primavera  el verdor perenne de los olivares. Horizonte lejano, inalcanzable, límite de tantos sueños de juventud.
                                                                                            J.M.Santos

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