Repetido y monótono se escucha el tic-tac de un
viejo reloj que de forma casi perpetua, permanece colgado en la pared.
De pronto te paras a pensar que, aunque idénticos,
cada uno de estos acompasados sonidos ocupa un lugar diferente en el tiempo. Tiempo
en el que parece no existir el presente, porque el siguiente tic-tac buscará el
futuro, pero el anterior quedó anclado en el pasado. Quizá solo hayan
transcurrido algunas décimas de segundo, pero es un pasado que ya nunca volverá
a repetirse.
Es un espacio insignificante que no sabemos o no
queremos apreciar, pero es así como a golpes de tic-tac, se nos va escapando la
vida.
J.M.Santos
Fantástica definición del reloj de nuestra vida.
ResponderEliminarAsí es José María. Por eso hay que aprovechar cada instante y vivirlo plenamente.
ResponderEliminarAsí es, José María; hay situaciones en nuestras vidas donde todo esto lo ves con más precisión. Sin ánimo de ser petulante, siempre me viene a la memoria aquel fragmento del poeta, "... cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando..."
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Josefina Borrallo Así es, una abrazo amigo José.
Maria Bermejo Que reflexión más auténtica . A mi padre no le gustaba ese tictac, pensaba lo mismo .