lunes, 8 de junio de 2015

ILUSIONES TEMPRANERAS


¿Quién, a partir de sus 14 o 15 años no se dio cuenta de que una niña del pueblo dejaba de vestir con calcetines, se soltaba las trenzas y acortaba su falda?... ¿Quién no cruzó más de una mirada furtiva con la de aquella chica cuando todavía jugaba a la comba o la ranchuela?... ¿Quién no guarda el recuerdo de aquella sonrisa limpia e ilusionada que más de una noche  robó tus sueños?...
Tras su adolescencia, la vida  sentimental de cada persona seguirá la ruta que a cada cual su le tenga reservado destino. Es posible incluso que estos sentimientos no te condicionen de mayor. Pero si es cierto que esa ilusión tempranera que cuando joven te embargó, fue como tu sombra a lo largo de la vida. Ni el tiempo pudo borrarla, porque se mantuvo oculta en lo más profundo de tu ser.
Es un relato breve pero real el que sigue. Trata de la historia sentimental de un buen amigo al que, por motivos de privacidad, le llamaré Pedro. Nació en Encinasola allá por los años difíciles y en el seno de una familia humilde, donde pasó su adolescencia y juventud. Le considero persona buena y responsable, pudiéndose definir su aspecto físico como “resultón”.
Cuenta, que la gran ilusión de su juventud tuvo el origen en un ambiente similar al descrito en principio. Fueron pasando los años y pocos conocíamos sus inquietudes amorosas que, calladamente, sufría.
Ella era también una chiquilla del pueblo. Se fue haciendo mujer y empezaban a destacar en su persona cualidades como belleza, buen estilo y formalidad. Procedía de familia sencilla y siempre estuvo bien considerada. No pertenecía al mismo entorno de amistades de Pedro, pero se reunían y hablaban animadamente cada vez que se presentaba la ocasión. Él siempre estuvo convencido, no sin razón, de que tampoco le era indiferente a la marocha.  
 Charlamos con cierta frecuencia y a pesar del tiempo trascurrido, casi siempre se desempolva el mismo tema. Cuando le pregunto, por qué nunca le habló abiertamente de sus sentimientos hacia ella responde, que no lo puede explicar. Quizá no lo hizo por timidez o, porque al trabajar en el campo, consideraba no estar a la altura social de la joven
Fueron pasando los años hasta que cada cual siguió un camino diferente. Casados ambos, actualmente viven en una gran ciudad. Desde entonces sólo se han visto una sola vez con motivo de un encuentro casual en las inmediaciones de la ermita de la Virgen de Flores durante su romería. Dice mi amigo, que mientras se saludaban, no pudo evitar que resurgiera en su pecho esa sensación inexplicable que, como látigo, golpea en el fondo del alma.
        Más de una vez escuché decir a Pedro, que daría lo que fuese por conocer --aunque sin ninguna trascendencia ya --, la realidad sobre lo que él pudo significar en el pasado sentimental de aquella muchacha. Hoy día y dentro de su intimidad, solo ellos sabrán si son felices con sus parejas respectivas. Habría que hurgar en los archivos del destino para conocer y valorar lo que pudo haber sido y no fue.

                                                                                                                    J.M. Santos










3 comentarios:

  1. Qué bonita historia y que real, como todo lo que escribes amigo José María, te felicito, un abrazo

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  2. La primera ilusión, la ilusión tempranera. El día a día nos hace olvidarnos de esa parte sensible que todos tendriamos que permitir que aflorara más a menudo. Cuando nos detenemos a leer relatos como el que hoy has compartido con nosotros, afloran esos sentimientos, que de una forma u otra todos guardamos en lo más profundo de nuestro ser.
    Gracias por hacernos sentir y recordar.
    Un abrazo.

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  3. Maria Bermejo Que bonitooooo, vale , te perdono que hayas tardado en asomarte por aquí .
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    Miguel Jimenez Sola Amigo José M. Santos López, como sabes tocar la fibra sensible y nos haces evocar recuerdos similares, a cada uno el suyo. Amores que murieron antes de nacer, que pudieron ser y no cristalizaron.
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    Carmen García Vázquez Jose maría, siempre quedan ilusiones en el aire, saludos
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    Rufino Sanchez Lozano José M. Santos López LOS AMORES PLATONICOS, de hecho, son los mas bellos, por que siempre perduran en el recuerdo, y nunca te causaron problemas. Los únicos problemas, son la felicidad con que los recuerda. Un abrazo.
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    María Victoria Pérez Santos Que bonito J M
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    Jose Jaramillo Lopez Como dice la canción,lo que pudo haber sido y no fue.muy bonito josé maría
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    Angustias Ramos La primera ilusión, la ilusión tempranera... ¡ Cuantos sentimientos se guardan en nuestros recuerdos !
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    Angustias Ramos El día a ía nos hace olvidarnos de esa parte sensible que todos tendriamos que permitir que aflorara más a menudo. Cuando nos detenemos a leer relatos como el que hoy has compartido con nosotros, afloran esos sentimientos, que de una forma u otra todos guardamos en lo más profundo de nuestro ser.
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    Angustias Ramos Gracias por compartirlo y hacernos sentir y recordar. Un abrazo.
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    José M. Santos López

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