martes, 5 de junio de 2007

EUSEBIO VAZQUEZ LOPEZ "LARA"...Su calvario.


                                                           
Alguien dijo: “El pueblo que oculta su Historia está condenado a vivirla dos veces”.
 Mi intención al contar este relato es, que no quede en el olvido  uno de los tantos y desgraciados hechos que ocurrieron en Encinasola al comenzar nuestra Guerra Civil. No busco responsables. Tampoco censuro tendencias políticas ni juzgo comportamientos individuales. Además de sus conciencias, es la Historia quien nunca les perdonará los atropellos que cometieron. Ojalá que jamás, ninguna persona, ningún  pueblo tenga que volver a pasar por tan duro trance.

Había terminado de  prestar su servicio militar en el Regimiento Cazadores de Caballería nº 2, en Alcalá de Henares, encontrándose viviendo con su familia en la calle Eugenio Silvela nº 14, una vez licenciado. Fue alumno del maestro Volán, al que pagaba diez céntimos por asistir a sus clases. Aprendió también el oficio de herrero, Habiendo sido su maestro nuestro famoso mecánico especializado Javier ”El Armero”, persona conocida más allá de nuestras fronteras. Entre otras cosas, por la calidad y exactitud de sus romanas.
Tratando de calar un poco sobre el perfil de nuestro malogrado protagonista, he hablado con bastantes  personas que le conocieron. Como si se tratara de una grabación que se repite, todas me han dicho que Eusebio era un muchacho alegre y cargado de ilusiones propias de sus 22 años. Tenía buena presencia, derrochaba simpatía  y  era buen comunicador; motivo por el  que se hacía notar dentro de  cualquier ambiente,  ganándose el aprecio de cuantos le rodeaban. Cuentan, que llegado los carnavales, no tenía par a lo hora de componer y cantar “coplillas” cargadas de picaresca sobre cualquier acontecer significativo dentro de la convivencia normal  entre la gente del pueblo. Quizá esa personalidad tan destacada fuese motivo de envidias y otros sentimientos mezquinos de algún sector entre sus paisanos.
Pero llegó el estallido de nuestra  Guerra Civil y empezaban a conocerse las atrocidades que se cometían cada día. Muchos jóvenes de Encinasola, entre ellos “Lara”, movidos por la corriente izquierdista que se vivía entre los obreros tras la victoria, años antes, del Frente Popular, se desplazaron hasta la vecina localidad de Cumbres de San Bartolomé. Quizá con la intención de incorporarse a la columna de mineros que organizaba el dirigente local Pedro Melo Antón.
Con la inminente llegada de las tropas del General Franco a dicho pueblo, cada individuo corrió hacia donde pudo, ocultándose la mayoría en el campo. Eusebio decidió ir a la finca Los Leales donde se encontraba su familia. Antes creyó oportuno  visitar a su tío Juan Carretero Álvarez, que  vivía en Higuera la Real. Éste  le encargó, que de paso hacia dicha finca, escondiera una escopeta de su propiedad entre las piedras de la pared de un cercado determinado. 
Poco después, las autoridades que controlaban la situación en ese pueblo, requirieron a Juan, como a tantos otros, para que entregase el arma, pues ésta --al parecer-- se encontraba documentada. De inmediato, como Carretero Álvarez no conocía el punto exacto donde estaba la escopeta, localizó a su sobrino. Ambos, tras recoger el arma del lugar donde se encontraba oculta, se dirigieron al Cuartel para cumplimentar lo que se le había ordenado. Ahí empezó su calvario, pues en ese momento fueron detenidos.
 Juan sería pasado por las armas en su mismo pueblo. Eusebio, en el antiguo camión de Rufo (abuelo), fue trasladado a Encinasola. Los encargados de su  conducción  eran  dos guardias civiles, siendo el nombre de uno Vicente Cordero. Al llegar quedó  encerrado en un local adjunto al Ayuntamiento que servía de calabozo a los apresados.
En esta dependencia permaneció durante cuatro largos días con sus correspondientes noches hasta que en la madrugada del 29 de Septiembre de 1936, junto con el también detenido Juan Manuel Hermoso Ripoll “El Alpargatero”, de 33 años, fueron trasladados al Cementerio Municipal donde serian fusilados. Ripoll falleció de inmediato,  pero “Lara” quedó tumbado en el suelo malherido.
Los hombres de campo que aquella temprana y desgraciada mañana de verano pasaban por la carretera, escuchaban quejidos de dolor pero, aterrorizados, nadie se atrevía a acercarse para prestarle ayuda. Fue tío Luis “Chaqueta-negra”  que con sus bestias y acompañado de su hijo Celestino,  tuvieron las agallas suficiente para acercarse al lugar. Al llegar encontraron a Ripoll muerto. A su lado Eusebio que, aunque en muy mal estado, aún conservaba su pleno conocimiento. De un cántaro que facilitó el asustado sepulturero, de nombre Domingo, Luis, ayudado por su hijo, levantando su cabeza le dio agua tratando de animarle. No pudieron hacer otra cosa por él. (Así me lo contó Celestino).
También fueron testigos tía Ana “La Sillera” y su hija María. He tenido ocasión de hablar recientemente, vía teléfono, con ésta. Me contaba que ese día, en hora cercana a las 06.00 de la mañana, se dirigían con su burra cargada de trabajos confeccionados en el telar casero de su madre, a la vecina localidad de Higuera la Real, con el fin de entregarlos para su venta. Mientras subían la cuesta oyeron disparos que procedían del Cementerio. Al pasar vieron, que se encontraban en el lugar hombres uniformados; posiblemente se acababa de producir el fusilamiento.
 Aterrorizadas, continuaron su camino. A sus 85 años, con una claridad alucinante, de forma detallada, relata aquellos momentos vividos. No parece oportuno reproducir algunos de sus comentarios... Actualmente se encuentra junto a sus hijos Esteban y Ana María en la localidad de Bunyola (Mallorca). María, que Dios te conserve por muchos años tu salud y vitalidad mental.
 Otro de los que acudió tan pronto supo la noticia fue el carpintero José Domínguez Mora, amigo íntimo de “Lara”. Mora, que en tantas ocasiones a lo largo de su vida demostró sobrada integridad como hombre, me contaba siendo yo todavía un niño, que cuando se encontraba abrazado al cuerpo de su amigo escuchó el ruido rengueante de un coche que subía la cuesta.. Cuando se percató de que aquel vehículo pertenecía a los que “daban las órdenes” en Encinasola en aquellos momentos, siendo consciente de que podía jugarse la vida si era sorprendido, sólo le quedó el tiempo suficiente para correr hacia el interior del Cementerio y ocultarse en un nicho vacío. Desde su escondrijo no podía ver nada, pero si escuchó dos detonaciones.  Cuando en hora avanzada de la tarde le pareció oportuno salir, encontró a su amigo sin vida.
Cuentan que fue visitado también por un médico que ejercía en el pueblo conocido como Don Miguel. En aquellos momentos alguien escuchó que cuando Eusebio le vio llegar, todavía le quedaron fuerzas para decir: ¿Viene vd. a curarme D. Miguel ?... Nadie en el pueblo cree que fuese esa la intención del facultativo. Su cuerpo, sin ataúd, fue enterrado en la parte izquierda del Cementerio. La tumba sobre el suelo que se localiza nada mas entrar, destacando de las demás por estar pintada de blanco. Se alza sobre ella una pequeña lápida de mármol en la que se lee: EUSEBIO VÁZQUEZ LÓPEZ, 1914-1936.Tu madre y hermanas no te olvidan.
            Conocía desde muy temprana edad este trágico suceso.  Cuantas  veces he visitado el cementerio, nunca he podido evitar un sentimiento amargo al recordar aquella muerte inútil de un muchacho cuando empezaba a vivir. Muerte sellada por el odio y la venganza.

Nota del autor:

Los datos que aparecen en este relato han sido facilitados por Gabriela Vázquez López, hermana de Eusebio, anciana hoy con muchos años. Esta señora tuvo la amable atención de recibirme en su domicilio de la calle Patrás en horas tempranas de la mañana del día 26-05-07. Al ser preguntada dijo no tener ningún inconveniente para que este escrito  sea publicado.
Hizo saber además, que los restos de su hermano yacen en la primera fosa junto a las de los demás fusilados. Cree que le seria fácil reconocerlos, pues fue sepultado con unas alpargatas. Al menos sus suelas de goma podrían conservarse todavía sin demasiado deterioro; calzado que precisamente le había proporcionado su novia María “La Macaca”, durante los pocos días que duró su cautiverio. Llevaba igualmente enlazadas a su cinturón de cuero, un rosario de las antiguas  monedas de real (aquellas del agujero).
 Dice también, que antes de que su vida se agote desearía ver cumplida su gran ilusión. No es otra, que por quien corresponda, se le autorice sacar los restos de la tierra para trasladarlos a un nicho que desde hace mucho tiempo tiene preparado. La positiva que aparece fue tomada cuando tallaron su quinta. El “día de los quintos” como se decía.
Gabriela... Desde esta página te vuelvo a dar las gracias. Te pido al mismo tiempo disculpas por los momentos desagradables que te hice pasar al hacer revivir en tus sentimientos aquellos recuerdos tan tristes. Quiero que se cumplan tus deseos y que puedas seguir cuidando por muchos años las preciosas macetas de tu patio.

                   J. M. Santos








                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                       




























9 comentarios:

  1. Exraordinario articulo, que me hacer revivir mi infancia, cuando con tanto misterio contemplabamos la tumba,una pregunta ¿ que posibilidades hay de que esta mujer muera tranquila, consiguiendo enterrar los restos de su hermano en el nicho que siempre tubo preparado?.Ya Es hora de que se haga justcia y se enmiende los errores cometidos, Felicidades por lo de su articulo en cuadernos para el dialogo.

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  2. Comunicante anónimo:

    En primer lugar decirte que te agradezco que hayas leido el artículo.
    Como se cuenta, yo conocía la historia desde pequeño, aunque con menos detalles y te puede decir que siempre me impresionó cuantas veces visité el Cementerio.
    Creo que si se podría hacer algo para que se cumpliera el deseo de su hermana Gabriela. Al menos lo intentaremos.
    En cuanto a lo del artículo de CUADERNOS PARA EL DIALOGO, pues siento alegría, principalmente por que en él aparecen varias fotografias relacionadas con nuestro pueblo.

    Un saludo

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  3. Muy buen artículo.

    Tienen que ser muchas las cosas, historias crudas, que desconocemos.
    Nuestros padres, al menos los mios, nunca permitieron hablar de la guerra en casa. Sentían pavor.

    No sé nade de esos temas y desde luego que lo siento. Siempre encontré las "puertas" cerradas ante ello.

    Enhorabuena y gracias por tus esfuerzos, no por escribir, sino por otras cosas.

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  4. ASI ES J. M.;
    ESTA HISTORIA SIEMPRE LA HE OIDO EN CASA, MI MADRE TENIA 14 AÑOS,Y PASO CON MI ABUELA Y ESCUCHARON 2 DISPAROS.
    POR DESGRACIA ESCUCHARON ALGUNOS MAS.............
    DOMINGO EL SEPULTURO, SE VOLVIO LOCO, DE LAS COSAS QUE VIO,SEGUN ME CUENTA MI MADRE. UN ABRAZO.
    ANA MARI.

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  5. No he podio evitar emocionarme al leer estas lineas, mas si cabe teniendo encuenta que Doña Gabriela Vazquez es mi abuela, y de la que tengo el orgullo y el placer de estar redactando sus memorias actualmente, y entre las cuales por desgracia no podia faltar tan lamentable episodio. Descanse en paz para siempre, tio Eusebio, y no queria dejar pasar esta ocasión sin antes saludarle, y de agradecerle energicamente cualquier ayuda que me pudiera brindar en la redacción de estas memorias, dado su profundo concoimento de las gentes de este, nuestro tan entrañable pueblo, Encianasola. Gracias de antemano

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  6. Hola, me llamo Ángeles Domínguez, encontré tu página buscando una información para mi madre,nos ha gustado mucho y ya estamos enganchadas a ella.Me gustaría hacerte una pregunta algo relacionada con el tema, ¿ donde puedo encontrar información sobre Pedro Melo?. Enhorabuena por tu trabajo.

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  7. Hola Ángeles:
    Creo que no te conozco.Tapoco se si eres o no de Encinasola. De cualaquier forma agradezco tu comentario, estando encantado con que visites mi blog.
    En cuanto a lo que me pides sobre Melo Antón te diré que si se algunas cosas. Creo que fue todo
    un peronaje.
    Observa que al entrar en el blog, si pinchas en Perfil, verás que hay una dirección de correo. De esa forma te puedes poner en contacto conmigo y por ese medio te mandaría los datos que conozco.

    Cordial saludo.
    J.M.Santos

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  8. Nuevamente he revivido atraves de vuestros enlances la tragedia de mitio Eusebio Vázquez López esta vés mi corazón se ha encogido mas que nunca por que ya no se la puedo leer a mi querida madre Q.E.P.D.Ella se ha llevado la pena y dolor de no ver cumplido sus deseos "El levantamiento de la tumba de su hermano"Ójala algún dia aúnque ella no esté presente se lleve acabo este deseo de mi madre...

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