viernes, 5 de enero de 2007

HECHO TRAGICO



Vives situaciones a lo largo de tu vida que por una u otra razón, te marcan. El recuerdo de alguna de estas situaciones te acompañará durante todos los días de tu existencia.

Al cumplirse el día 28 de Agosto su 59 aniversario, principalmente dedicado a la juventud, trataré de contar algo que ocurrió en Encinasola. A pesar del tiempo transcurrido lo recuerdo como si hubiese pasado ayer. Fue un suceso que conmovió a todos los marochos de aquellos tiempos y que no hemos  olvidado nunca.
 Empezaba a refrescar la tarde de un día sereno y caluroso de  verano. Varios niños “andurreábamos” jugando por las inmediaciones del pueblo, concretamente por la zona conocida como Cerro de la Olla. De pronto, aquella pacífica y serena calma fue interrumpida por varias detonaciones que procedían del pueblo. Todos, dentro de nuestra ignorancia, comprendimos de inmediato que aquello no se trataba ni de disparos de escopeta ni de cohetes, explosiones con las que estábamos familiarizados.
Intuyendo que algo anormal había ocurrido, alarmados, echamos a correr  con dirección al pueblo. Al llegar, la noticia ya se extendía por todas direcciones. Un guardia civil con su pistola y sin motivo conocido, había disparado contra dos personas inocentes muy estimadas entre sus paisanos mientras se encontraban en el interior de un bar situado en la plaza.
¿Autor desequilibrado?... Posiblemente, aunque no es este ni el lugar ni el momento  de hacer ningún otro comentario. La realidad fue, que un honrado padre de familia quedó tendido sin vida en el suelo. La  otra víctima resultó con heridas muy graves. Según testigos, la tragedia pudo ser aún mayor si el arma, en manos del agresor, no se hubiese “encasquillado” como ocurrió al parecer antes de ser desarmado por un agente de la Policía Local.
Queda el recuerdo imborrable del tremendo impacto que causó el hecho. Aunque el comportamiento de la gente del pueblo fue muy ordenado, muchas personas, enardecidas y apenadas al mismo tiempo, una vez detenido el causante y trasladado al Cuartel, acudieron a la puerta del mismo gritando frases en las que se pedía justicia. Los agentes que se encontraban custodiando el establecimiento se tuvieron que emplear a fondo para conseguir contener a la multitud y evitar que aquella tarde, noche ya, no hubiese terminado de una forma todavía  más trágica.
Pido disculpas si estas líneas, escritas solo como recordatorio, pudieran afectar a los sentimientos de familiares u otras personas que de una u otra forma se vieron relacionadas con  este suceso que a todos nos llenó de dolor.

                                                                                                      J.M. Santos































5 comentarios:

  1. ¿Vive alguno de los involucrados?, si es así, ¿se encuentran en el pueblo todavía?
    ¿cual era el establecimiento?
    Pilfo

    ResponderEliminar
  2. Pilfo: Gracias por entrar en el blog.
    Te explico: El autor de los hechos fue un guadia civil, por aquellas fechas destinado en el pueblo.Creo que se llamaba Benito, siendo bastante famoso,pero no por sus buenas acciones. Procedía de Segura de León, o algún pueblo cerca de ése(no recuerdo). Una vez cumplida su condena, yo al menos nunca supe nada más de él. El fallecido fue un tabernero muy respetado que se llamaba Antonio, conocido también como "Escruco".Muy buena persona.El herido se trataba de un guarda forestal(por aquellas fechas habia dos) conocido como Lenito, no se si nombre o apodo. Hace ya muchos años que falleció.
    El lugar donde ocurrieron los hechos fue en el interior de un bar situado exactamente donde se ubica hoy "El Emigrante".La persona que lo desarmó ya en plena plaza fue José Manuel, uno de los agentes minicipales de entonces.
    Quedan los hijos que dejó Antonio. Con uno de ellos tuve la ocasión de charlar sobre el tema en el verano del pasado año, haciéndole saber que mi intención era publicar algo sobre lo acontecido.
    Espero que te haya servido mi explicación.

    ResponderEliminar
  3. Yo era un niño. Recuerdo pasar a la viuda hacia la plaza. Todo un drama en nuestro tranquilo pueblo.
    Todos los veranos viene uno de los hijos del fallecido que por cierto es una persona estupenda.

    ResponderEliminar
  4. Las tragedias siempre marcan las vidas de los pueblos en los que parece que no ocurre nunca nada y no es así, por supuesto que no es así.

    ResponderEliminar

  5. Comentarios dejados en el "face"

    Florencio Diaz Sánchez Estas situacines siempre dejan malos recuerdos. Para ambas partes y no se pueden borrar de la mente quedan marcadas para el resto de la vida


    Isabel Lopez Delgado Yo esto no lo sabía muy bien como siempre primo

    Florencio Diaz Sánchez Megustaria saber cuantos añas le condenaron , al autor del crimen.

    Carmen Garcia Vazquez Jose Maria yo me acuerdo como si fuera hoy, estábamos jugando en la plaza aquello fue horrible


    Alicia García Gómez Yo vivía aún en la C\ Reducto, o sea, por las traseras del Emigrante y un poco más abajo en la misma acera.
    Era muy pequeña y salía con mi madre de comprar en la casa de nuestra vecina, la señora' María la Rama (así la llamaban).
    Ante el impacto y del susto, a mi madre se le cayó el cuenco que traía en las manos con 12 huevos y todo quedó roto en el suelo.
    Aún oigo su voz: "Hija mía, hija mía...eso ha sido un tiro. Es cerca, muy cerca...en la plaza."
    Cuando mi padre se acercó a Antonio (gran amigo, por el bar) ya no pudo hacer nada, estaba muerto.
    Fue terrible. Como niña quedé impactada para siempre.
    Por eso me duelen tanto esos niños que viven y mueren diariamente entre silbidos de balas por las guerras. La situación no es comparable. Lo que quiero decir es que la violencia destroza la infancia y marca para toda la vida.
    Un saludo para la familia de Antonio.


    Jesús F. Sanz Aquella tarde estaba yo en la iglesia, desde allí se oyeron perfectamente los tiros; salí hasta la esquina de la torre y al ver la aglomeración de gente que había en la puerta del bar decidí no acercarme, así que me di la vuelta y por la calle Mora me fui hacia casa. Tendría yo sobre los doce años, como a todos aquel hecho nos causó un gran impacto anímico; y más acostumbrados a vivir en un pueblo tranquilo que nunca pasaba nada extraordinario...


    Joaquin Infante Yo, con otro, jugaba en la plaza y presecié el final de aquella tragedia así como el segundo acto, la retirada de la cárcel del agresor por un fuerte contingente de la Guardia Civil. Aquel asesinato abrió un futuro para muchos jóvenes dentro de La Benemérita. Hoy quizás lo mejor sea pasar página no sin antes tener un respetuoso recuerdo para aquel buen marocho Antonio "Escruco".
    Me gusta · Responder · 1 · 25 de agosto a las 18:06
    José M. Santos López

    ResponderEliminar