Mi felicitación
en estas fechas que se acercan, a todos
los marochos de buena voluntad repartidos por el mundo; en especial a los hombres y mujeres que
salieron de su tierra allá por los 60. Para ellos estos versos que siguen.
Emigrante
Ignorante, uno más de aquel enjambre,
bracero
fue curtido en la besana.
Jamás
olvidará que una mañana
atrás
dejó su hogar al sentir hambre.
De
pecho erguido y recio como alambre.
En tierra tan hostil como lejana
En tierra tan hostil como lejana
dejó
sudor, nobleza y clase humana
que temprano aprendió de su raigambre.
¿Qué
estrella iluminó tu paso errante
por
los senderos del mundo, andanza
de
un caminar incierto y vacilante?
¡Cuántos
sueños cargados de esperanza!
¿Te
acuerdas, cansado y viejo emigrante,
de
tus luchas, desvelos y añoranza?
J.M. Santos
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